Invasión

¿Dónde antes han visto los hombres las cosas que ellos han visto aquí?
¿Dónde se vio ni leyó que tanta riqueza saliese de un reino?

—Pedro de Cieza de León, Crónica del Perú, 1545

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    Alpacas, distrito de Paratía, Perú, 2014. Foto de Doug McMains, NMAI.


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Resistencia y adaptación

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    QUECHUA
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    Seleccione palabras resaltadas oírlos hablan en quechua.


    Los Inka hablaban quechua, lengua que aún se usa en los Andes.

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Los españoles desmantelaron la estructura del Tawantinsuyu, desde el gobierno hasta la religión. Sin embargo, los andinos se las ingeniaron para mantener viva sus tradiciones. Continuaron hablando quechua y aymara. Adoptaron la religión católica, pero fusionaron sus costumbres con creencias más antiguas. Las apachetas (altares para ofrendas) subsistieron a lo largo del Qhapaq Ñan, pero con la adición de cruces católicas.

El Qorikancha a Cusco y otros templos Inka se transformaron en iglesias católicas. Las ceremonias y peregrinajes Inka pasaron a incorporar santos católicos.


Y pensar que Dios ha permitido que algo tan grande permaneciese escondido del mundo por un tiempo tan largo, desconocido a los hombres, y después dejado para ser hallado, descubierto y ganado todo en nuestro tiempo!

—Pedro de Cieza de León, Crónica del Perú, 1545


Los españoles practicaban el ayni sólo para su propio beneficio. Los nativos describían su relación con los europeos como "ley del embudo: el extremo angosto era para los indígenas y el ancho para los blancos".


Los pueblos andinos fusionaron el catolicismo con sus creencias más antiguas. A veces se trataba simplemente de reasignar significados: el apu (espíritu de la montaña) se identificó con Cristo y la Pachamama (Madre Tierra) con la Virgen María.


Los pueblos andinos adoptaron tecnologías europeas—tales como el trabajo en vidrio, el esmaltado de cerámica y técnicas metalúrgicas—y las combinaron con técnicas de artesanía tradicionales.


Después de la conquista los tejedores andinos continuaron elaborando sus tejidos. Esta manta fue tejida para una mujer de alto estatus social. El tejido y el diseño son andinos, pero incorpora elementos españoles (diseños de encaje y figuras humanas vestidas al modo español) que se combinan con símbolos inkaicos llamados tucapus, emblemas de la nobleza.