¿Dónde se vio ni leyó que tanta riqueza saliese de un reino?
—Pedro de Cieza de León, Crónica del Perú, 1545
El Camino colonial
Cuando los conquistadores españoles llegaron al Tawantinsuyu en 1532, el Qhapaq Ñan les ofreció un fácil acceso al imperio. Ya debilitado por la guerra civil y la viruela, el imperio Inka se derrumbó.
Bajo el gobierno español, el Qhapaq Ñan se deterioró rápidamente. Los españoles introdujeron nuevos animales, plantas, creencias, leyes y enfermedades que transformaron la vida de los pueblos andinos, su territorio y su camino.
Que por cierto no es pequeño dolor contemplar que, siendo aquellos Incas gentiles e idólatras, tuviesen tan buena orden para saber gobernar y conservar tierras tan largas, y nosotros, siendo cristianos, hayamos destruido tantos reinos.
El camino a la conquista:
Los españoles usaron el Qhapaq Ñan para conquistar el Tawantinsuyu
Construido con el fin de permitir a los Inka el acceso a todos los rincones del imperio, el Qhapaq Ñan les dio a los españoles el mismo acceso.
Los españoles establecieron nuevas ciudades y fundaron Lima como la capital de la colonia. Despojaron a Cusco de su poder y la remodelaron con catedrales, salas públicas y casas de estilo español. Muchos de sus grandes edificios fueron destruidos.
¿Por qué cayó el imperio?
El Tawantisuyu cada vez estaba más débil. Varios de los pueblos conquistados se estaban rebelando. La viruela azotó la región, ocasionando numerosas muertes, incluyendo la de Huayna Capac, el decimoprimero Shapa Inka. El deceso del Inka desató una guerra entre sus hijos, Atahualpa y Huáscar. Atahualpa ganó la lucha de poder en 1532, justo para la llegada de los españoles.
El asesinato de Atahualpa
Atahualpa y el conquistador español Francisco Pizarro se encontraron frente a frente en 1532. Pizarro, con el apoyo de nativos rebeldes del norte, tomó a Atahualpa como rehén y exigió un enorme rescate en oro y plata. Para poder pagar, el Inka desmanteló sus templos y palacios de metales preciosos, suficientes para llenar una habitación con oro y dos con plata. Luego de recibir el rescate, Pizarro mandó estrangular a Atahualpa en julio de 1533. El Tawantinsuyu quedaba así en manos de los españoles.